desapego

La impermanencia, fue por mucho tiempo mi gran Maestra

Me hice amiga de la gran verdad: la Impermanencia. Pasas de todo a nada. De nada a todo, en cero coma. Debemos tenerla presente todo el tiempo, pues de ella depende nuestro modo de vivir, quizás entender esta realidad nos pueda ayudar a sufrir menos, aceptándola. 

No apegarnos, no resistirnos a lo que “es”. El cambio es inevitable, nada es estático, todo es dinámico. Si observamos la naturaleza nos lo muestra constantemente: el día se inicia y acaba, puede empezar soleado y luego nublarse, nada es igual todo el tiempo. Es cíclico, nada permanece intacto. Todo cambia, evoluciona, es modificable.

También le pasa a la mente: hoy está feliz, mañana puede no estarlo. Todo lo que experimentamos con nuestros sentidos es impermanente: pensamientos, emociones, sensaciones, vivencias, aparecen, se desvanecen. Todo va, todo viene. Es cíclico. Impermanente.

Cuando nos apegamos y nos resistimos a aceptar la impermanencia de todo lo que nos rodea, nos condenamos al dolor, sufrimos, sufrimos innecesariamente. Mucho.

Absolutamente todo lo que sentimos pasará: la tristeza que penetra el alma como la felicidad que aparenta que se quedará por siempre. A un momento de dicha, le sigue otro de desdicha, a un momento de crisis le sigue otro de reconstrucción. Es cíclico. Es necesario.

Creemos que los momentos difíciles, durarán todo la vida. Sin embargo desde mis propias vivencias y desde mi experiencia como terapeuta puedo dar fe que toda esa profunda angustia que parecía no acabar, también pasa, queda atrás, al igual que los momentos extraordinariamente buenos.

El arte de vivir, también consiste (entre otras) en aprender a surfear la ola de la impermanencia, es una Maestría (al menos para mi) es un constante recordatorio diario, solo así puedo confiar en que “esto también pasará”… y lo nuevo asoma.

#amor 

#amorpropio

#vida 

#lifecoach 

#sentir 

About the author

Leave a Reply