Gestión emocional

¿Cómo gestionar nuestras emociones?

La gestión emocional es clave para una vida equilibrada. Domina tus emociones y encuentra el bienestar.Es la habilidad de reconocer, comprender y controlar nuestras emociones de manera saludable y constructiva. Implica la capacidad de lidiar con el estrés, la ansiedad, la ira y otras emociones de manera efectiva, promoviendo así un bienestar emocional y mental. Al dominar la gestión emocional, podemos tomar decisiones más informadas, mejorar nuestras relaciones personales y profesionales, y enfrentar los desafíos de la vida con calma y resiliencia. A través de técnicas como la autoconciencia, la autorregulación emocional y la empatía hacia los demás, podemos lograr un equilibrio emocional que nos permita vivir una vida más plena y satisfactoria.

Te ofrezco transformaciones en un proceso completo, personalizado a medida, acompañándote para que consigas tus objetivos.

Apoyo/ Entrenamiento para estudiantes

El éxito, bienestar y consecución de objetivos de un estudiante dependen de su capacidad y de la facilidad con la que éste se organiza, de cómo se activa, responde y optimiza sus capacidades para el estudio, el alto nivel de exigencia y rendimiento.

Trabajaremos sobre:

  • Objetivos y meta objetivos
  • Atención sostenida
  • Planificación
  • Organización
  • Gestión de detalles
  • Gestión de las emociones
  • Gestión de obstáculos
  • Estudiar bajo presión
  • Concentración

En paralelo nos focalizaremos en las áreas que proporcionan estabilidad emocional, resiliencia y calma para poder afrontar los exámenes y periodos estresantes con éxito y menor desgaste.

El 80% del éxito de un estudiante reside en su capacidad de sentirse seguro, emocionalmente estable y motivado.

Gestión emocional/ Gestión del dolor y traumas

Coaching de la vida… sí, de la vida en sí, el ABC de la vida, para analfabetas emocionales… para personas que no saben cómo vivir lo simple, lo complicado, nadie nos enseña a vivir ni a gestionar nuestras emociones. La inteligencia emocional es la habilidad de reconocer, aceptar y regular nuestras emociones. Lo habitual es que en ocasiones podamos sentirnos irascibles, sensibles, reactivos, o tengamos dificultades para saber expresar cómo nos sentimos, con lo que ello conlleva, que suele ser la anulación/ inhabilitación de alguna de las áreas de nuestra vida.

Beneficios del trabajo de gestión emocional/ Gestión del dolor y traumas:
  • Se gana confianza
  • Mejora de la consciencia emocional
  • Toma de perspectiva
  • Mejora de la estabilidad emocional
  • Mejor estado de ánimo
  • Asertividad
  • Mejora de la autoestima
  • Se aprende a soltar y a decir NO
  • La inteligencia emocional aumenta
  • Se gana independencia y libertad

Estado de ánimo

¿Qué nos ocurre cuando nos sentimos desbordados o emocionalmente incómodos, cuando no sabemos gestionar nuestros estados y respuestas?

La gestión emocional depende- en gran medida- de la lectura que hacemos del entorno y las amenazas que interpretamos. Nuestra respuesta a estímulos externos, tiene mucho que ver con nuestra gestión mental y afecta directamente a la gestión emocional. A veces, cuando nuestro cerebro «lee» el entorno desde la incomodidad emocional, se asusta, se bloquea, se paraliza, lo desbordan.

Nuestra mente está en alerta constante con el entorno, lo que genera una visión amenazante del mismo al más mínimo estímulo desmedido. El trabajo de gestión emocional/ Gestión del dolor emocional, además de hacer que una “gota” no desborde nuestro vaso, enseña a tu mente a vaciar ese vaso para ir haciendo frente a las diferentes situaciones sin desbordarlo.

El estado de ánimo es nuestra actitud emocional. A diferencia de las emociones, se mantiene durante más tiempo y no siempre está ligado al contexto. Tus estados de ánimo determinan la calidad de tu vida. Cuando un estado de ánimo bajo se alarga demasiado en el tiempo y genera un malestar que interfiere en nuestra vida social, familiar y/o laboral, denominándose trastorno del estado de ánimo. El más conocido es la depresión. La ausencia de motivación, la sensación de cansancio, la tristeza, la irritabilidad o la apatía son algunos síntomas de un bajo estado de ánimo. Los estados de ánimo no los define lo que ocurre a nuestro alrededor, los define nuestra mente. Por suerte, hoy en día los estados de ánimo se pueden entrenar para que nuestro sistema priorice llevarnos a estados de ánimo más positivos independientemente de las circunstancias externas. Es un aprendizaje.

¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando nos mantenemos en un bajo estado de ánimo?

Lo primero que debemos de fijar como idea es que el hecho de mantenernos en un estado de ánimo bajo, triste, depresivo, no implica un rasgo de personalidad, es decir, no es permanente e inmutable, sino modificable, susceptible de mejora y cambio. Cuando comienza ese “bucle” de pensamiento negativos, falta de motivación, tristeza y un largo etcétera, el cerebro deja de activar áreas cerebrales relacionadas con la recompensa y el placer, generando una sensación de malestar constante. Esta espiral de sensaciones puede compararse con un “secuestro mental”, en el que el cerebro está incapacitado para activar áreas relacionadas con la acción, el movimiento y la motivación.

Beneficios de trabajar el estado de ánimo:
  • Comprensión de qué nos pasa
  • Mejora la motivación e ilusión
  • Se gana en iniciativa y comportamiento proactivo
  • Aprendizaje para la gestión emocional (tristeza, irritabilidad…)
  • Reducción de pensamientos negativos
  • Estabilidad mental
  • Estabilidad emocional
  • Claridad y eficiencia mental

Alto rendimiento ejecutivo

La fortaleza mental es clave para una mente brillante y que disfruta en el trabajo.

Dirigir, planificar, coordinar, supervisar, liderar o crear un buen ambiente de trabajo son algunos de los retos a los que se enfrentan diariamente los altos directivos. La mente se debe entrenar para lograr su máxima brillantez sin desgastarse. Nuestro cerebro tiene la capacidad de convertir el estrés en eutrés o estrés positivo que impulsa nuestra motivación y habilidades en vez de sufrirlo como estrés negativo o distrés que nos debilita y enferma. Las profesiones que implican grandes responsabilidades y se desarrollan en entornos exigentes necesitan un manejo óptimo de la presión y las adversidades para no caer en patrones de estrés, cansancio, burn-out, desmotivación y/o enfermedad.

Beneficios de trabajarlo:
  • Comprensión y gestión de uno mismo
  • Comprensión y gestión del entorno
  • Serenidad frente a lo adverso
  • Concentración
  • Claridad de ideas
  • Agilidad mental
  • Atención sostenida
  • Toma de decisiones
  • Planificación del tiempo
  • Organización
  • Productividad
  • Gestión del estrés y otras emociones
  • Motivación
  • Asertividad

Con todo esto, optimizaremos el desempeño, aumentaremos capacidades como la organización, la planificación, la toma de decisiones, la agilidad mental y la capacidad de pensamiento estratégico, utilizaremos más y mejor nuestras capacidades cerebrales. Lograremos evitar el estrés negativo o distrés, recuperaremos la motivación, mejoraremos las relaciones interpersonales.

¿Qué ocurre en nuestro cerebro para llegar a un alto rendimiento ejecutivo?

El alto rendimiento implica dos cosas. En primer lugar, tener un alto nivel de seguridad, concentración, planificación, organización y desempeño de tareas. En segundo lugar, se necesita que el cerebro encuentre momentos de reparo, de  “oxigenación mental”, a fin de mantener dichas capacidades largos periodos de tiempo y potenciarlas. Oscilando entre ambos estados, además de conseguir que nuestras capacidades lleguen a su máximo rendimiento, nos mantenemos en él a la vez que nos sentimos muy eficientes y en calma.