El éxito, bienestar y consecución de objetivos de un estudiante dependen de su capacidad y de la facilidad con la que éste se organiza, de cómo se activa, responde y optimiza sus capacidades para el estudio, el alto nivel de exigencia y rendimiento.
Trabajaremos sobre:
En paralelo nos focalizaremos en las áreas que proporcionan estabilidad emocional, resiliencia y calma para poder afrontar los exámenes y periodos estresantes con éxito y menor desgaste.
El 80% del éxito de un estudiante reside en su capacidad de sentirse seguro, emocionalmente estable y motivado.
Coaching de la vida… sí, de la vida en sí, el ABC de la vida, para analfabetas emocionales… para personas que no saben cómo vivir lo simple, lo complicado, nadie nos enseña a vivir ni a gestionar nuestras emociones. La inteligencia emocional es la habilidad de reconocer, aceptar y regular nuestras emociones.
La gestión emocional depende- en gran medida- de la lectura que hacemos del entorno y las amenazas que interpretamos. Nuestra respuesta a estímulos externos, tiene mucho que ver con nuestra gestión mental y afecta directamente a la gestión emocional. A veces, cuando nuestro cerebro «lee» el entorno desde la incomodidad emocional, se asusta, se bloquea, se paraliza.
Nuestra mente está en alerta constante con el entorno, lo que genera una visión amenazante del mismo al más mínimo estímulo desmedido. El trabajo de gestión emocional/ Gestión del dolor emocional, además de hacer que una “gota” no desborde nuestro vaso, enseña a tu mente a vaciar ese vaso para ir haciendo frente a las diferentes situaciones sin desbordarlo.
El estado de ánimo es nuestra actitud emocional. A diferencia de las emociones, se mantiene durante más tiempo y no siempre está ligado al contexto. Tus estados de ánimo determinan la calidad de tu vida. Cuando un estado de ánimo bajo se alarga demasiado en el tiempo y genera un malestar que interfiere en nuestra vida social, familiar y/o laboral, denominándose trastorno del estado de ánimo. La ausencia de motivación, la sensación de cansancio, la tristeza, la irritabilidad o la apatía son algunos síntomas de un bajo estado de ánimo. Los estados de ánimo no los define lo que ocurre a nuestro alrededor, los define nuestra mente. Es un aprendizaje, como tantos otros.
Lo primero que debemos de fijar como idea es que el hecho de mantenernos en un estado de ánimo bajo, triste, depresivo, no implica un rasgo de personalidad, es decir, no es permanente e inmutable, sino modificable, susceptible de mejora y cambio. Cuando comienza ese “bucle” de pensamiento negativos, falta de motivación, tristeza y un largo etcétera, el cerebro deja de activar áreas cerebrales relacionadas con la recompensa y el placer, generando una sensación de malestar constante. Esta espiral de sensaciones puede compararse con un “secuestro mental”, en el que el cerebro está incapacitado para activar áreas relacionadas con la acción, el movimiento y la motivación.
La fortaleza mental es clave para una mente brillante y que disfruta en el trabajo.
Dirigir, planificar, coordinar, supervisar, liderar o crear un buen ambiente de trabajo son algunos de los retos a los que se enfrentan diariamente los altos directivos. La mente se debe entrenar para lograr su máxima brillantez sin desgastarse. Nuestro cerebro tiene la capacidad de convertir el estrés en eutrés o estrés positivo que impulsa nuestra motivación y habilidades en vez de sufrirlo como estrés negativo o distrés que nos debilita y enferma. Las profesiones que implican grandes responsabilidades y se desarrollan en entornos exigentes necesitan un manejo óptimo de la presión y las adversidades para no caer en patrones de estrés, cansancio, burn-out, desmotivación y/o enfermedad.
Con todo esto, optimizaremos el desempeño, aumentaremos capacidades como la organización, la planificación, la toma de decisiones, la agilidad mental y la capacidad de pensamiento estratégico, utilizaremos más y mejor nuestras capacidades cerebrales. Lograremos evitar el estrés negativo o distrés, recuperaremos la motivación, mejoraremos las relaciones interpersonales.
El alto rendimiento implica dos cosas. En primer lugar, tener un alto nivel de seguridad, concentración, planificación, organización y desempeño de tareas. En segundo lugar, se necesita que el cerebro encuentre momentos de reparo, de “oxigenación mental”, a fin de mantener dichas capacidades largos periodos de tiempo y potenciarlas. Oscilando entre ambos estados, además de conseguir que nuestras capacidades lleguen a su máximo rendimiento, nos mantenemos en él a la vez que nos sentimos muy eficientes y en calma.
¿Que son los las constelaciones familiares? son una herramienta que permite descubrir y transformar los patrones del pasado que ignoramos, que permanecen ocultos y que pesan sobre nuestra vida actual sin nosotros saberlo. Uno de ellos es el patrón de la infancia, pero a ese patrón se añade el del padre, o de la madre, o de una abuela o algún tatarabuelo. Estos patrones se forman a través de los traumas, o vividos por el mismo individuo, o heredados de generación en generación y también por los conflictos.
Las Constelaciones Sistémicas son un método de conocimiento para encontrar soluciones a situaciones que nos causan dificultad, y sobre las que, a menudo, creemos que no tenemos ningún control, ni capacidad de cambiarlas.
Mediante el trabajo con constelaciones se obtiene información de manera rápida sobre las dinámicas de un sistema que afectan nuestro bienestar, y permiten aflorar aspectos de los problemas que antes no se habían considerado, en ámbitos tanto personales (familiares, de pareja, etc.), como laborales.