frustración ayuda

Tolerar la frustración es aceptar que no siempre podremos obtener lo que deseamos y esto no debería generarnos sufrimiento. La vida no es perfecta, tampoco es controlable. Está repleta de situaciones y desenlaces que se alejan, en gran medida, de nuestras expectativas. El concepto de frustración se define como el sentimiento que se genera en un individuo cuando no puede satisfacer un deseo planteado. Ante este tipo de situaciones, solemos reaccionar a nivel emocional con expresiones de ira, de ansiedad o disforia, principalmente. La frustración es una respuesta primaria o instintiva. Es una reacción que de forma natural muestra un estado emocionalmente desagradable cuando se da la ocurrencia de una interferencia ante la persecución de un objetivo propuesto.

¿Por qué tenemos baja tolerancia a la frustración? La baja tolerancia a la frustración es muy de nuestra estilo de vida occidental y prevalece en nuestra actual sociedad, donde la mayor parte de los fenómenos se basan en la inmediatez y la incapacidad de espera. Y en parte es de lógica aplastante, somos rígidos, inflexibles, medio tiranos para con las cosas que queremos y deseamos y con escasa capacidad de adaptación a los cambios no programados. Por otra parte, solemos ver la realidad a veces, bastante distorsionada, no adecuándonos a la realidad, resultándonos ésta insoportable a ratos y por si era poco, sin saber como lidiar con las emociones desagradables (enfado, tristeza, ira), con todo esto elaboramos una serie de expectativas previas alejadas de lo racional, desmesuradas y extremamente exigentes y si le sumamos que somos analfabetas emocionales, el caos está servido.

¿Cómo solemos comportarnos ante la baja tolerancia a la frustración? Por lo general, con dificultades para controlar las emociones. Los que tiene baja tolerancia a la frustración, son más impulsivos, impacientes y exigentes. Buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, de forma que cuando no obtienen lo que quieren y se tienen que enfrentar a la espera o a la postergación de algo que desean, pueden reaccionar de forma explosiva con ataques de ira, retraimiento y tristeza extremos. También pueden desarrollar con más facilidad cuadros de ansiedad o depresión ante conflictos o grandes dificultades. Creen que todo gira a su alrededor y que merecen todo aquello que demandan, de forma que ante los límites lo ven todo injusto si no se ajusta a sus deseos. Suelen tener una baja capacidad de flexibilidad y adaptabilidad. Son bastante extremistas, o blanco o negro, sin punto intermedio. Se desmotivan fácilmente ante cualquier dificultad y obstáculo. Son verdaderos maestros del chantaje emocional si no se cumple lo que desean inmediatamente, manipulando a los demás con mensajes hirientes.

¿Cómo se arregla esto? Hay que dejar de querer controlarlo todo. No todos los sucesos de nuestras vidas son predecibles y tampoco podemos controlar todo lo que ocurre. No temas a las incertidumbres ni a los cambios. Todo sigue su curso no podemos apegarnos a los resultados, tampoco a la necesidad de control sobre nuestras vidas ni sobre lo que ocurre a nuestro alrededor. No podemos controlar todo y menos aun los resultados. Ejerciendo el control no te otorga la capacidad de modificar lo que acontece pero si que te priva de tu tranquilidad, calma y paz. Si tenemos expectativas realistas, viviremos mas tranquilos. Es de absoluto ingenuo creer que podremos obtener todo lo que deseamos y que no nos enfrentaremos a la adversidad en algunas (o muchas) situaciones cotidianas. Ni las personas ni los acontecimientos giran alrededor de nuestra persona, ni somos el centro del universo y hemos de tener la suficiente madurez para aceptar todo esto. Hay que ser flexible. Es licito tener sueños, anhelos y desear que se cumplan, trabajando para lograrlo. Pero también hay que comprender que las circunstancias son cambiantes y que es necesario saber adaptarse a dichos cambios. Si el escenario se modifica, es importante que seas capaz de modificar también tus pensamientos y acciones. No te mantengas rígido, estancado en cómo pensabas que todo sucedería, encuentra una alternativa a la luz de la nueva información que te ofrezca el entorno, adáptate, no te resistas, fluye.

 

¿Qué factores pueden causarla? De entre los factores que pueden predisponer y/o precipitar la aparición de un disturbio de baja tolerancia a la frustración se distinguen algunos: el temperamento, las condiciones sociales en las que vivimos y nos movemos. Ciertas dificultades en la expresión emocional, o sea el analfabetismo emocional, o, no tener capacidad para identificar y reconocer emociones experimentadas y gestionarlas correctamente. Los déficits en autocontrol en el caso de los niños (que estos aprenden observado a sus figuras referentes) se sabe que si los padres no son muy hábiles en la gestión de la frustración, trasmiten a sus hijos esa misma inhabilidad.

Todo es cuestión de confianza. Ante cualquier adversidad o contratiempo respira, acepta, aprende, confía y fluye. La baja tolerancia a la frustración esconde inseguridad, el temor a no ser capaz de afrontar la negativa que nos pone la vida. Por ello confía en ti, en tu capacidad para gestionar la incomodidad emocional y salir adelante. Y confía también, en el proceso. Quizá no todo marche como esperabas, pero tal vez se esté encaminando hacia un rumbo mucho mejor. Entonces, recuerda: acepta lo que es, adáptate al entorno y al cambio y ¡confía! No eres una víctima, tienes el poder de decidir cómo reaccionar y cambiar.

 

Gracias, gracias, gracias.

A.

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4 Responses
  1. Adriana

    Buenos días Preciosa Anka,
    Metes el dedo en la herida… 😉 y, poco a poco seguimos avanzado!!! Sobre lo que escribirte la semana pasada… añadir que estar pendiente de mis reacciones ante los demás me hace descubrir mucho más que mirar hacia dentro. Tremendamente poderoso!!!
    Siempre agradecida!!!
    Besos y mejor semana
    Adriana

    1. Mi preciosa y querida Adriana, ¿qué es la vida que no sea aprender…?
      Agradezco profundamente tu feedback y sobre todo que te descubras, eres inmensa… gracias por compartir.

      Feliz por tus palabras, gracias de corazón.

      A.

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