Nunca intentes ayudar a nadie
Al menos que éste esté listo y tenga la voluntad de ser ayudado. No puedes ayudar a quien no quiere ser ayudado. Es Ley. Eso lo aprendes a base de dolor. Lo ves en los tuyos. Quieres ayudar, pero los que necesitan esa preciada ayuda, la desprecian, no la aceptan, la rechazan de plano, sencilla y dolorosamente es así, no la aceptan, no la quieren. Obvio, hablo de personas adultas.
Es ley
Claro, eso lo aprendes con el tiempo, lo constatas, lo lees, lo vives, lo sufres. Hasta que la ayuda no sea pedida, hasta que no exista la predisposición para escuchar, preguntar y desafiar lo que sea por lo que esté transitando el interesado. Tu intento de ayudar, puede ser interpretado como manipulación, control, resistencia. Se transforma en tu problema, tu necesidad, tu lucha, tu deseo de mejora, no la del interesado, y así no es.
Todos tus intentos serán en vano
Las defensas se van a disparar, se harán más fuerte, la resistencia y oposición a recibir ayuda se endurecerán, y acabarás sintiendo frustración, sintiéndote inútil, débil, roto, fracasado. Claro, se ponen en marcha los roles de “víctima” y “salvador”, empieza la “guerra”, perdón tú guerra, porque el interesado está viviendo su vida, lo que le toca vivir, para bien o para mal.
¿Cómo ayudar realmente?
Haz un análisis rápido. Desde fuera. Con objetividad (si puedes). Suelta tus deseos de salvarlo, sanarlo, ayudarlo, recuperarlo, iluminarlo. Desacelera, él solo está validando su experiencia, su presente, su vida. No puedes decirle a nadie qué y cómo vivir su vida, o qué hacer. No puedes. No debes imponer tus motivaciones o asumir qué es “lo mejor” para cada cual. ¿Cómo sabes qué es lo mejor para él? Acaso ¿vives su vida, recorres su camino de vida en sus zapatos? Cada uno tiene que recorrer su vida, adquirir sus aprendizajes, sus propios recursos.
Quizás
Sí, quizás lo mejor para él ¡es no querer ni necesitar tu ayuda! Quizás necesita sufrir, pelear, batallar, o buscar algo más. Igual así, se está alineando y sanando en su propia y única manera de ver y vivir su vida. Quizás, requiere de tocar fondo, de estrellarse, de hacerse añicos, romperse hasta abrirse en canal. Igual eso que está viviendo es lo que le dará confianza, lo hará grande, lo hará crecer, lo pondrá en la escucha profunda o le dará un profundo respeto por el sitio en el que está ahora mismo, forma parte de su camino de vida. Es su experiencia vital. Es su vida. Eso es sagrado.
No ayudar, nos enseña a ser modestos, humildes. A tener respeto por el que tenemos enfrente
El cambio real no surge por la ayuda ofrecida por los que nos rodean. Con eso (piénsalo) solo le alargas la agonía. Le sigues retroalimentando la mierda que lo rodea. El interesado necesita alinearse consigo mismo, desbloquear toda su inteligencia, buscar los medios para salir, facilitarse los propios recursos, buscarlos y eso incluye pedir ayuda. Mientras los que le rodean lo ayudan y le sacan las castañas del fuego, lo anulan, lo hacen ser inútil, sentirse invalido, invisible, le facilitan la caída, el hundimiento. Eso es así. Es el interesado el que con profunda humildad honre lo que le toca vivir, inclinarse con humildad al misterioso proceso de la sanación y crecimiento que vive sin saber. Claro toda dificultad, caída, problema, dolor, sufrimiento y trauma forma parte de su Camino de Vida, de su Experiencia Vital, de su Trama Sagrada ¿quién eres tú para sacarlo de donde le toca estar?
Cuando intentas cambiar a alguien, le estás haciendo ver que no es válido tal y cómo es, que te desagrada su experiencia presente, que quieres que sea diferente. Quizás si lo piensas un poco más en profundidad veas, que le estás diciendo que no los amas tal y como es, que no confías en él, que no lo respetas, que lo rechazas de plano tal y cómo es.
Hay que dejar de intentar cambiar a los demás
Es un aprendizaje, lo aprendí viendo sufrir profundamente a los míos. Me rendí. Solo así te ahorras la frustración, el miedo, la culpa, el dolor. Aceptando. Es así, así ha de ser. Cada uno tiene su recorrido. Alinéate con la vida tal y como se presenta, con sus propias resistencias. Acepta todo tal y cómo es. Solo así, grandes y inesperados cambios pueden ocurrir. Solo así eres un verdadero amigo. Un gran padre, una gran madre, un preciado hermano o colega o lo que sea que te toque ser al lado de alguien que lo está pasando mal. Solo así lo validas.
Deja de intentar cambiar a otros
Ellos cambiarán (o no), a su manera, a su debido tiempo. Solo brindándoles tu amor, los ayudarás y validarás con tu confianza. Y si sufres viendo a alguien sufrir, aléjate si no puedes hacer más, pon espacio, no pasa nada. Di que no sabes qué hacer, es perfecto. Los cambios no ocurren en y desde la mente. Es un impulso. Es un “ya está bien, ya he sufrido lo suficiente”. Es tu alma quien dice basta: “ya he tenido la suficiente dosis de dolor la que dice, ¡se acabó, ya no más, hasta aquí!” Lo digo como Alma que pasó por eso, lo digo desde mi experiencia vital. Sé lo que es no querer ser ayudado, lo he vivido, aún rechazo la ayuda de otros. Es un aprendizaje. Cuanto más ayudas al interesado, este más se sale de su camino, es cuando menos lo ayudas porque lo empujas a tomar una dirección que no quiere tomar. Necesitamos aprender. Necesitamos hostiarnos. Necesitamos vivir lo que nos toca vivir, con mayores aciertos o con brutales errores y fracasos.
Perdón
Claro, debo pedir perdón y pido perdón a todos a los que con mi querer y amar, quise ayudar jodiéndoles la vida. Espero puedan y sepan perdonarme algún día, no fue con mala intención, solo creí que era lo mejor.
Vive y deja vivir. Solo eso, todo eso. Solo así ayudas.