roto, quebrado, fuerte

Reflexionando sobre las personas fuertes

Cuando te ven una persona fuerte piensan que no tienes necesidad de nada ni de nadie, que puedes soportarlo todo. Que pase lo que pase, lo superarás, que no te importa no ser escuchado, cuidado o mimado.

Cuando te ven una persona fuerte te buscan sólo para que les ayudes a llevar sus cruces, solucionar sus problemas. Te hablan pensando que tú no necesitas nada. 

A una persona fuerte no se le pregunta si está cansada, si está sufriendo o cayendo, si tiene ansiedad o miedo, lo importante es que esa persona siempre esté allí: un faro en la niebla, una roca en medio del mar.

A  una persona fuerte no se le perdona nada. Si pierde el control se convierte en débil, si pierde los estribos se transforma en histéric@ o loc@. 

Cuando la persona fuerte falta un minuto se nota enseguida, pero cuando está se da por hecho su presencia, y la fuerza que se necesita cada día, para ser ese tipo de persona, no le importa a nadie.

Alaba, honra, reconoce, respeta y agradece a las personas fuertes que hay en tu vida, porque ellas también necesitan ser contenidas, abrazadas, sostenidas, queridas y sentir que pueden descansar en ti.

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