Damos, damos y damos sin fin, o… solo recibimos egoístamente y no sabemos nada de generosidad. Estamos acostumbrados a los extremos. Craso error. Hablo desde mi experiencia: viví dando, dando y dando, sin recibir casi nada o muy poco a cambio y nunca llegué a cuestionarme si recibía o no acorde a lo dado por mí, solo daba, sin pensar más allá de dar incondicionalmente. Uno de los grandes secretos de la vida es que los que más ganan son a menudo los que más dan, aunque a priori no lo parezca. Pensé durante muchos años que la vida me había tratado injustamente, que no había sido generosa conmigo y que quizás, algún día, recibiría… sigo esperando jajajaja cuando solo das y no sabes recibir, estás en desequilibrio y si das en demasía, el que recibe, se cansa y no lo aprecia ni valora, entonces se produce un gran, enorme desequilibrio y las cosas no funcionan, o el que recibe mucho, se va.

Dice Bert Hellinger, que la vida se trata de dar y tomar, ahí reside el equilibrio. No podemos tomar mucho porque quedaremos en deuda con el otro, ni dar más de lo recibido porque dejamos en deuda a los otros, y eso desequilibra y produce conflictos en las relaciones (de cualquier tipo). La buena ayuda viene de un saber bien dar, no por dar más estamos ayudando o beneficiando. Otra cosa bien distinta es ayudar desde una posición privilegiada a los desfavorecidos circunstancialmente. Poder ayudar a los demás ya te hace estar en una posición privilegiada de entrada, porque no tienes que solicitar esa ayuda y eso es la caña.

No es fácil pedir, nunca lo es. Según como seas, puede llegar a ser  humillante, inclusive deshonroso, depende de en qué lugar te hallas. Mira sino, los casos mas brutales de desequilibrio social, gente que por X circunstancias viviendo una vida cómoda, acaban tiradas en la calle porque lo han perdido todo… No es la perdida económica la que te destroza, que también, es la impotencia de no poder salir de esa situación lo que te mata. Verte en un limbo al que las soluciones no llegan, donde todo es feo, frio y hostil. Quedas despojado de la poca dignidad que te quedaba. Es un brutal desequilibrio éste, verte así es devastador. Yo ya me vi sin nada, pasé por ello varias veces en mi vida, inclusive me vi en la calle, tirada, si tirada, sin nada, nada y todo tiene arreglo, pero la falta de medios es abrumadora y muchos no salen, se quedan en la crisis, en el limbo, sin oportunidades ni medios. 

No es justo, es tremendamente injusto verte en éste lugar ajeno a las oportunidades de cualquier tipo. Sin medios, sin dignidad, sin soluciones, invisible ante la sociedad, juzgado y criticado por los tuyos, vejado por el sistema al que le has entregado y dado gran parte de tu vida con tu trabajo y servicios prestados. Pero no parece que recibas gran cosa a cambio, no eres visible para nadie, solo para ti y tu drama puede ser del tamaño que quieras, pero a veces, nadie te ayuda porque leñe, cada uno va a lo su p*** bola e interés y tú, humilde mortal no eres mas que un numero para el sistema e invisible ante los ojos de los que te rodean y creías que eran los tuyos. No te digo si encima has sido una persona super generosa y has dado en exceso a todo Cristo… te quedas anulado… te quedas noqueado en todos los sentidos.

Por ello insisto, ha de haber un equilibrio entre el dar y recibir, si no es así, acabas perdiendo el equilibrio y acabas literalmente perdiendo. Hay que ser empático. Si la vida ha sido generosa contigo, sé generoso con ella. El sentimiento de deuda es una carga. El recibir nos pone en dependencia del que nos ha dado hasta que le hayamos devuelto algo equivalente. Por lo que resulta más agradable el dar que el recibir, para los tacaños no es agradable de ninguna manera jajajaja (permitidme las risas). Recibir, nos hace sentir en un apuro hasta que no restablecemos el equilibrio, vivimos en eterna deuda. Y se da otra paradoja, si recibes y no puedes devolverlo, también vives sometido emocionalmente, o sea, generas otro tipo de deuda. Por otra parte, dar nos permite exigir al otro la deuda. Es por ello que muchas personas en su relación de pareja se sienten muy satisfechas cuando comienzan a dar sin medida, claro está, hasta que se dan cuenta de que la otra persona no está pagando sus “deudas”. Y en el trabajo, tres cuartos de lo mismo, damos, nos entregamos, nos dejamos media vida y la salud en el trabajo, para que a la primera de cambio prescindan de nosotros con la misma facilidad con la que nos “adquirieron” y luego llegan los lamentos y los lloros… Pero… ¿lo puede hacer? Claro que sí, tanto tu pareja como tu jefe te dirán “es que yo no te he pedido nada, no te he pedido tanto, me has dado porque has querido”. Ostras tú, qué bárbaro y para colmo de males, tienen razón. 

¿Te habías parado a pensar sobre ello? ¿Lo habí­as medido anteriormente? ¿Te habías planteando si vives en el dar, o en el recibir? Son posiciones antagónicas, diametralmente opuestas, y dependiendo del lado en el que te haya ubicado la vida, tendrás un estilo de vida y otro. Solo te pido una cosa: agradece tu posición si es jodidamente cómoda, agradécela, la vida no nos trata por igual, hay mucho drama ahí fuera, agradece, agradece, agradece… y sé generoso, todo lo que das, regresará a ti multiplicado, siempre es así, siempre, aunque nos quedemos esperando que regrese lo que tan desinteresadamente hemos dado sin cesar y sin recibir nada a cambio, siempre regresa, no necesariamente en la forma en la que dimos, regresa de otro modo, el Universo no se guarda nada, yo sé lo que me digo…

Gracias, gracias, gracias.

A.

About the author

2 Responses
  1. Adriana

    Preciosa y Generosa Anca,
    Equilibrio complicado… pero, tal y como dices al final: sé generoso. Dicho por ti, es casi imposible no serlo.
    Besos y mejor semana!!!
    Adriana

    1. Es que no puede ser de otro modo… sin generosidad no somos felices, es como si faltara algo, al menos en mi caso es así.

      Besos y abrazos querida mía.

      A.

Leave a Reply