roto

¿Te das una segunda oportunidad?

Cuando te pasas la vida yendo a contra corriente y no paras de luchar contra todo, contra todos, por todo, por todos, cuando no tienes ni obtienes respuestas a tus preguntas, cuando se repiten situaciones, una y otra vez sin cesar y no comprendes nada, no paras de preguntarte mil cosas y nunca llegan o no entiendes las respuestas, entonces y sólo entonces, empiezas a buscar comprensión y salidas dónde sea, como sea.

En mi particular proceso de sanción y crecimiento personal, transpersonal y espiritual, llegué a sentirme como un valiosísimo jarrón roto en manos de un Maestro aplicándome la técnica Kintsugi, aplicando oro a mis cicatrices, resaltando en mí la belleza de la fragmentación y la quiebra. Tuve momentos de delicadeza y amor profundo por mi dolor, por mis cicatrices.

Los artesanos nipones crearon ésta técnica con el fin de preservar y mejorar la belleza de los objetos rotos, determinando y acentuando sus defectos, dando una segunda oportunidad, vida y perspectiva de belleza recalcando lo roto. Al contrario que en nuestra cultura occidental en la que estamos tan acostumbrados a desechar lo “inservible” y lo “roto”, los nipones decidieron crear una técnica que reparara lo conocido como irreparable, encontrando la belleza en lo roto. Y aquí estoy, llena de roturas y cicatrices brillando sin querer, pero brillando.

¿Y tú brillas? ¿Te das una segunda, tercera o última oportunidad?

Hondo abrazo. 

A.

About the author

Leave a Reply