Sólo quien vence el miedo puede ver claramente la realidad y vivir

Vivimos presos de nuestra mente. Podemos mejorar, podemos cambiar, podemos sanar, claro que sí, eso sí, lo lograremos estando de acuerdo con el mundo tal como es, con todo tal y como es. Este es el gran paso. Ahí reside el poder del cambio. Quien es capaz de estar de acuerdo con la muerte, de estar de acuerdo con la enfermedad, con su propio destino y con el de los demás, de estar de acuerdo con el final, con el carácter efímero de este mundo, éste ha superado el miedo y sigue ganando claridad y viendo la realidad tal y como es y vivir.

¿Cómo se llega a este punto?

Igual eres de los que cree que la vida es un accidente regido por la suerte y las coincidencias. Y que no importan tus decisiones y tus acciones, pues en última instancia las cosas ocurren por casualidad. Puede que incluso hayas abrazado conceptos, filosofías o cualquier cosa que consideres, negando cualquier finalidad trascendente de la existencia humana. Mientras las creencias, los patrones de comportamiento o vivir en piloto automático rijan tu existencia, vivirás una vida vacía y sin sentido. Lo irónico es que la existencia de estas creencias limitadoras y patrones, ponen de manifiesto que todo lo que existe tiene un propósito, por más que muchas veces no sepas descifrarlo, no tienes ningún tipo de control sobre tu existencia y refuerzas con tus actos tu propio victimismo si no lo miras con compasión y te ocupas de ello.

Por otra parte, pensar que la vida carece por completo de sentido justifica tú tendencia a huir constantemente de ti mismo, de vivir TU vida según tu alma, no según tus creencias, o según te dictan otros (incluye aquí lo que consideres aparte de la familia, sociedad, tendencias, etc…) es decir, que incluso estas creencias tienen su propia razón de ser. Cumplen la función de evitar que te enfrentes a tus dos mayores temores: el miedo a la libertad y el miedo al vacío.

Al entrar en contacto con nuestra alma nos hacemos adultos: encontramos un lugar de fuerza, amamos con respeto, nos reconciliamos con nosotros mismos y con nuestro sistema, nos anteponemos a todo lo demás, nos damos el lugar que nos corresponde, ponemos orden, asentimos a lo que es más grande. Por lo tanto, mientras sigas creyendo que tu propia vida no depende de ti, podrás seguir eludiendo cualquier tipo de responsabilidad y culpar a todo quisqui. Y mientras sigas pensando que el Universo funciona de forma aleatoria y caótica, podrás seguir marginando cualquier posibilidad de encontrar respuesta a dos inquietantes preguntas: ¿Cuál es el sentido de tu vida? y ¿cuál es tu propósito como ser humano?

Son planteamientos pragmáticos y casi siempre miramos para el otro lado ante preguntas tan potentes y con el miedo de por medio, ni te cuento. Por descontado que sé que seguirás viviendo la vida que te han dictado; la valentía de mirar dentro de uno está al alcance de todos, solo hay que echarle huevos, literalmente y todos sabemos que vivimos rodeados de cobardes :).

Sigue compartiendo tu vida en medio de tu propio inconformismo con gente a la que ya ni respetas. Sigue agachando la cabeza ante los demás. Sigue trabajando en un puesto de trabajo que detestas profundamente. Sigue sin hacer caso a tu alma, a tus propios deseos, a tus anhelos, sigue, sigue, sigue… Mientras, la vida pasa, y en nada te darás cuenta que has pasado gran parte de tu vida viviendo en piloto automático, ausente, sin escucharte, sin ser feliz, viviendo por y para otros, tristemente, abandonándote total y completamente.

Quien vence el miedo, gana una nueva vida, logra dar el paso para mirar dentro de sí mismo. Quien vence el miedo, trabaja en sí mismo, hurga en sus heridas y las sana, se mira de frente. Quien vence el miedo se centra en sí mismo y con gran heroísmo se ocupa de sacar su basura, su mierda, sana sus heridas, mira con amor y compasión su alma, se ocupa de sí mismo, aunque el dolor y el sufrimiento lo esté matando. Si pierdes el miedo a la vida, ganas. Si te enfrentas a tus monstruos, ganas. Si te ocupas de tus heridas y de tu dolor, ganas. Hace falta mucho valor para perder el miedo a ver la vida tal y como es, enfrentarte a tus monstruos y lo que es mayor: a ti mismo y tú ganas, doy fe de ello.

Gracias, gracias, gracias.

A.

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2 Responses
  1. Adriana

    Vivir desde el alma…
    Allá voy!
    Gracias por abrir nuevos caminos Preciosa Anca.
    Besos y mejor semana
    Adriana

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