No eres perfecto, ni falta que te hace serlo

Observate

Se nos exige mucho. Nos exigimos mucho. Y mas cuando reina la incertidumbre. Nos hacemos daño tratando de ser perfectos. Vivimos con miles de creencias creadas por nuestra mente. Nada de eso existe de verdad, solo son espejismos, existen solo en tu mente, tan solo has creído lo que has aprendido, lo que has heredado de tus ancestros y familiares,  lo que has visto en tus amigos, vecinos, escuela, iglesia y la televisión te ha dicho. Prevalece lo que te han inculcado, o has absorbido de tu entorno, es tu mente saboteándote. No eres el que crees que eres, ni el profesional que proyectas, ni tan malo, ni tan bueno, ni lo que te han dicho que eres, ni todo lo que has creído ser. Solo son etiquetas que el mundo te ha puesto o que tú te has creado y creído; sufres por un ser que no es real, ¿te has preguntado alguna vez quien eres de verdad? 

Solo observa, obsérvate, conviértete en el observador, deshaz esas creencias, mantente presente y consciente ante todos los pensamientos que te lleguen, obsérvalos, no los juzgues solo identifícalos, conviértete en un observador de tu mente, pronto estarás sonriendo cuando ella intente llevarte a un estado de insatisfacción. Practica la meditación, es el mejor ejercicio donde fortaleces ese hábito de observar el pensamiento, de observar al que piensa y automáticamente  si lo practicas en tu vida diaria lo convertirás en un hábito. Descubrirás cosas. Solo observa. Ten valor. Medita. Mejorarás.

¿Por qué no mejoras, por qué no sanas? 

Básicamente porque no te prestas atención. Piensas en metas, en hacer cosas, en obtener cosas, pero no te escuchas. 

No sanas porque cuando llega algo bueno a tu vida lo rechazas y prefieres quedarte con lo que no te hace feliz.

No sanas porque desconoces que tú eres el origen de tu enfermedad.

No sanas porque sigues ignorando al poderoso y valioso ser que realmente eres.

No sanas porque continúas desentendiéndote de ti, fingiendo que todo está bien en tu mundo.

No sanas porque no te has atrevido a enfrentarte a las personas que dirigen tu vida.

No sanas porque no cortas los lazos con las personas que ya no te nutren.

No sanas porque has asumido que el sacrificio es la forma de demostrar amor a  los demás.

No sanas porque no usas  la magia  del perdón para limpiarte de tu soberbia, ira, rabia y rencor.

No sanas porque no respetas el libre albedrío de los seres que te rodean a ser lo que son.

No sanas porque intoxicas tu cuerpo de pastillas y químicos que acallan los síntomas que hablan de desarmonía interior, de tu alma.

No sanas porque huyes  de ti mismo.

No sanas porque has obviado que tú eres el sanador.

No sanas por qué te aferras al pasado, y tú tienes libre albedrío; si no te dejas llevar, no te llevarán a la fuerza.

No consigues estar en paz contigo y siempre estás en subidas y bajadas emocionales.

No sanarás si no quieres sanar.

Estás en el momento más imperfecto de tu vida, el más duro de tu existencia, y aun así, todo es perfecto. Es así.

¡Deja que suceda! Estás llorando… llora. Deja que se moje tu rostro y tus ojos serán la ventana más limpia de tu alma. 

Estás temiendo… teme. Mira tu miedo de frente, deja que el temor te guíe, te muestre y te haga ver la luz.

Estás en el fondo… Quédate allí un rato. Disfruta ese frio y vacío lugar sin ruido, tal vez te permitas escuchar la música de tu alma.

Estás en soledad… Deja que la soledad te acompañe, te abrace y se convierta en tu compañera de viaje mientras transitas por este duro camino.

Estás sufriendo por desamor… Déjate sentir las consecuencias del desamor, el dolor es la medicina que fortalece y revitaliza.

Estás en carencia… Aprende a estar en la nada para cuando lo tengas todo no olvides nunca quién fuiste y dónde has estado.

No vayas contra la vida, fluye con ella. Déjate sentir, permítete vivirla en armonía. ¿Y si en lugar de oponer resistencia te permites fluir? Cuando fluyes con todo, llega la paz mental, el bienestar se instala en tu corazón. Solo permítete descubrir todas las sensaciones que llegan a tu vida, lo bueno, lo malo, lo regular, vive, permítete disfrutar e indagar en tus emociones y sensaciones. 

Algún día dirás basta, o no, igual sigues así todo lo que te resta de vida y es perfecto. Igual ese día llegará cuando te hayas cansado de esa montaña rusa emocional en la que vives. Igual llega cuando te des cuenta que vives en circulo, que todo se repite constantemente. Igual te darás cuenta que quieres evolucionar, crecer como persona y mantener esa sensación de forma constante a lo largo del tiempo y te darás permiso para ello. O igual no. Pero créeme, dedicarte tiempo y andar por el camino del autoconocimiento es el mejor regalo que te puedes hacer. Es lo mejor que hice por mí misma. Con diferencia. Por ese motivo, quiero invitarte a observarte, mírate con honestidad, ¿dónde estás, en qué punto de tu vida te hallas? Hago coaching espiritual, trabajo cuerpo, mente y alma a través de enseñanzas espirituales, con técnicas de meditación, con terapias energéticas aplicables a personas, empresas, familias, situaciones. Y si no te atreves a dar el paso, tan solo sé agradecido por todas las circunstancias que te ha tocado vivir, aprende a fluir con toda lo que vives, con todo lo que tienes, con todo lo que llega a tu vida. Los hay que no tienen nada, por ello, agradece.

Vive. Ama. Ríe. La vida es frágil. Somos frágiles. Somos fuertes. Somos lo que vemos desde nuestra esencia, no desde nuestra exigencia. Somos perfectos tal y como somos, nacimos perfectos. 

Gracias, gracias, gracias. 

About the author

6 Responses
  1. Ana

    Cuánta razón, la vida es fácil, nos la complicamos nosotros mismos. fluir, he de fluir más.

    Un abrazo.

  2. Pablo

    Hace reflexionar. Me ha encantado. Altamente recomendable observarse.

    Gracias por lo que escribes Anca. Muchas gracias.

Leave a Reply