La raíz del sufrimiento humano es la idea de que no son dignos o que no son suficientes

Sufrimos por no sentirnos dignos, o suficiente para nosotros mismos o para los demás. Todos hemos pasado por ahí, todos somos vulnerables ante eso, todos. Buscamos evidencias consciente e inconscientemente para validar esta creencia que tenemos sobre nosotros mismos, lo hacemos desde el autosabotaje y pensamos que no somos dignos, suficientes, merecedores. Cuando alguien nos daña es menos dañino el acto de lo que hizo (que es doloroso en sí) que nuestros propios pensamientos que generamos en nuestra mente sobre eso mismo. Somos capaces (inclusive) de justificar el daño que hemos sufrido, por sentirnos inferiores. Nuestro sentido sobre quiénes somos, personaliza completamente la experiencia del ser humano, o al menos ser más humano que quién nos infligió el daño y no vengarnos. Si hacemos esto, algo hemos ganado, la venganza es de mediocres- las cosas como son- y si tratas de vengarte, tienes (o tendrás) un problema más, sin duda.

Muchos de nosotros aprendemos a asumir la responsabilidad e identificarnos con nuestro sufrimiento- que es parte de la condición humana- tomándonos muy a pecho las acciones de Otros, responsabilizándonos de sus acciones como si fueran nuestras, pero no, eso no va así. Cada uno es dueño, amo y señor y se debe responsabilizar de sus actos hasta que los emite, una vez lleguen al otro ya nos nos pertenecen. ¡Ojo! Todo es muy interpretable y ahí entran en juego mil conceptos, y eso es una trampa.

Cuanto más profundo nos adentramos en nosotros mismos, mas nos comprenderemos, proporcionaremos más amor y presencia incondicional a nuestro cuerpo, más descubriremos que hay una bondad básica para con nosotros mismos que descansa detrás de todas estas ideas que tenemos sobre quiénes somos, o pensamos y creemos que somos. Detrás de nuestra falsa e inventada personalidad, existimos. Sí, en esencia, solo hay que mirar, profundizar, eliminar todas las invenciones de nuestra (aplicada) mente, e intentar evitar todas las barreras existentes y dejar de crear más y más y más… Esta es la verdadera esencia de quiénes somos, sin embargo, estamos desconectados de nosotros mismos, y eso hace que apenas accedamos a ella.

No sólo eso, para difusar nuestro propio sufrimiento y el que experimentamos de otros, debemos aprender a demostrar compasión: compasión por nosotros mismos y el dolor que sentimos, y, compasión por los demás por lo que sienten. Esto significa (entre otras) que es útil dejar caer la culpa/ responsabilidad y el juicio propio, simplemente porque sólo hacen que nuestro viaje sea mucho más difícil, porque no sólo nos sentimos castigados tomando personalmente el dolor de experiencias difíciles, nos castigamos innecesariamente culpándonos y avergonzarnos por tener estas experiencias difíciles. Nos hacemos creer que no somos dignos, merecedores, suficientes y sufrimos como condenados.

No importa cuál sea tu circunstancia, créeme, hay un amor divino dentro de nosotros esperando abrirse al mundo, este amor es universal y ve más allá del bien y del mal, este amor ya nos ha perdonado por todo lo que sentimos, no nos hace sentir que algo está mal dentro de nosotros, porque ya eres suficiente. Estás exactamente donde tienes que estar. No hay nada más increíblemente liberador que cuando aprendemos a ser nosotros mismos, nos aceptamos a nosotros mismos y abrazamos nuestra experiencia humana, abriéndonos a una experiencia cósmica más alta, más allá de nuestro pequeño sentido limitado de quién o qué somos.

No te olvides, tienes derecho a ser como eres; siempre estás aprendiendo, creciendo, cambiando, modificado tus patrones de funcionamiento, borrando poco a poco viejas e inútiles creencias limitadoras a medida que tu alma evoluciona en su experiencia y crecimiento individual. Y si no aprendes, fácil: todo se volverá a repetir hasta que aprendas (sufrimiento incluido), eso sí, cada vez será mayor…

No importa qué te hagan, es tu responsabilidad, no de Otros. Tú convocaste esa experiencia para evolucionar, para aprender, para crecer; no eres víctima. Tienes un SER que es un diamante precioso y está en este mundo para manifestarse, y la única manera de lograrlo es desechando tus impurezas ¡trabaja en ello, no seas vago! Claro, esperamos que cambien los demás, porque como no, mirar dentro duele a rabiar, escuece hasta la medula,  el dolor e inconformismo intimo que sentimos nos mata.

Los demás, sólo vienen a mostrarte lo que no está resuelto en ti. Si te duele que te engañen, tienes que liberarte del engaño interno. Si te duele que te abandonen, tienes que superar el abandono de la infancia y el abandono que te haces a ti mismo ahora de adulto no queriéndote. Si te duele que te ignoren, debes hacerte cargo de eso que ignoras de ti mismo para no asumir tus asuntos pendientes por miedo al dolor y sufrimiento atroz que sientes. Si no te ocupas de sanarte, la Vida volverá a convocar una y otra vez las mismas experiencias o similares para mostrarte que todavía no has aprendido la lección. El otro no existe, no tiene la culpa ni es responsable de tu basura mental, son sólo maestros disfrazados que están al servicio de tu crecimiento. Sin los demás, no podrías hacer consciente lo inconsciente y morirías herido.

Ahora sí, la verdadera libertad radica en la ausencia de reacción, primero en la ausencia de reacciones internas y luego las externas. La constante práctica de permanecer anclado a tu Ser y a tu corazón te centran y liberan de las reacciones condicionadas, convirtiéndote gradualmente en amo y señor de tus estados internos, de tu Ser, de tu Alma.

Recuerda: todo lo que piensas y expresas del otro, no es del otro, es de ti mismo, el otro solo te hace de espejo, sánate, aprende, crece.

Las terapias transpersonales nos ayudan a lograr encontrarnos, a conocernos, a profundizar.

La meditación y el mindfulness calman nuestra alma, nuestra mente, ordenan nuestro interior.

Las terapias de sanación energética, nos ayudan a soltar lastre.

Herramientas existen, solo hay que querer y atreverse a cambiar , y  eso querido mío, es apto solo para valientes, de cobardes está el mundo lleno, no lo olvides.

 

Gracias, gracias, gracias.

About the author

4 Responses
  1. Adriana

    Gran taller!!! Gran profesional!!! Como yo, todo el mundo debería hacer terapia contigo.
    Muchas gracias
    Besos y buena semana
    Adriana

Leave a Reply