Características muy generales de las personas insensibles. Son un tesoro por descubrir, sin duda.
Elie Wiesel, escritor rumano superviviente de los campos de concentración, describió en una ocasión lo que era para él la insensibilidad y la indiferencia en el ser humano. “¿Qué es la indiferencia? —decía—. Un estado extraño e innatural en el que las líneas entre la luz y la oscuridad, el anochecer y el amanecer, el crimen y el castigo, la crueldad y la compasión, el bien y el mal, se funden”.
Las personas insensibles son como figuras que miran el mundo con una venda en los ojos y un témpano de hielo en el corazón, traen la infelicidad y también el sufrimiento. Porque quien no ve y no actúa ante las necesidades y sentimientos de los demás deriva con frecuencia en comportamientos dañinos y humillantes. Al no conectar con las realidades del otro, no duda tampoco en tratarlo de manera fría e intimidatoria.
1. Asertividad ofensiva
Muchas personas insensibles practican eso. Puede que no sean conscientes del daño que hacen, pero su forma de decir lo que opinan, de forma directa y sin reparo alguno, causa daño a los demás con su franqueza dañina excusándose en la frase de “yo no me callo nada”, “yo soy así”.
2. Empatía instrumental
Las personas insensibles muestran falta de afecto en prácticamente cualquier contexto, incluso con su círculo más cercano- la familia, amigos o la pareja- las personas insensibles más malintencionadas aplican lo que llamaríamos empatía instrumental: conectan con las necesidades ajenas solo cuando les interesa, sí, lees bien, interés puro y duro. Empatizan solo cuando eso les sirve para obtener algo a cambio, considerado un signo del trastorno narcisista de la personalidad.
3. Tienden a la burla y la intimidación
Las personas más incapaces de conectar con los demás tienden a usar la burla y la intimidación. No se identifican con quienes tienen delante, no son capaces de ponerse en la piel del otro. No entienden cómo se siente el otro cuando recibe sus burlas, ironía y sarcasmo, las usan directamente, sin piedad, usan la intimidación con mucha frecuencia.
4. Falta de responsabilidad social
Una de las formas en las que más se manifiesta la insensibilidad emocional es en la falta de responsabilidad social, siendo incapaces de reaccionar ante situaciones injustas (discriminación, la manipulación o la violencia en cualquiera de las formas que estas lacras tomen).
5. Escasa tolerancia a opiniones diferentes
Las personas más insensibles son incapaces de tolerar opiniones diferentes a las suyas. Cualquier perspectiva contraria a la propia la interpretan como una amenaza, lo cual hace que sea muy difícil vivir con estas personas, e incluso mantener una simple conversación debido a que es casi inevitable acabar discutiendo.
6. No piensan antes de hablar
Carecen de empatía, no piensas las palabras antes de decirlas, ni para evitar que puedan hacer daño a su interlocutor, no lo contemplan. Rara vez meditan aquello que van a decir. No eligen las palabras pensando en no hacer daño, ser respetuosos o mantener una conversación calmada. Recurren a la franqueza dañina, hablan sin filtrar, dándoles igual cómo le sienta a su interlocutor lo que le va a decir.
7. Huyen de las situaciones emocionales
Este punto puede ser la característica que más nos llame la atención de las personas insensibles. Muchos tienen baja conciencia emocional, no solo con los demás sino también consigo mismas. No conectan con las emociones ajenas y tampoco entienden sus propios sentimientos, lo que hace que se sientan incómodos ante situaciones emocionales. Cuando ven a un amigo o familiar que lo está pasando mal no saben cómo reaccionar ni saben qué hacer, al final optan por huir y abandonarlo.
¿Por qué se es insensible al sufrimiento de los demás?
Pueden haber causas de mucho peso que expliquen la insensibilidad: trastornos mentales, patologías neurológicas, historial de trauma, abuso, miedo a ser percibido como vulnerable socialmente e, incluso, la mera falta de experiencia en situaciones emocionales pueden explicar que una persona sea insensible.
También puede ser circunstancial. Si bien es cierto que hay personas que son fríos témpanos de hielo andantes, que no conectan con emoción de persona alguna, otros lo son según la situación. El estrés, la ansiedad, la incertidumbre en una situación desconocida… estos y muchos más factores pueden hacer que una persona, de repente, tenga la sensibilidad de una lija.
No obviemos que, en una sociedad donde los medios de comunicación nos bombardean con todo tipo de acontecimientos tóxicos y violentos, nos hemos vuelto insensibles y tolerantes ante las desgracias de otras personas, sin albergar nada de maldad en nuestro interior. A más horror que vemos, más nos habituamos a él y nuestra capacidad de disgustarnos frente a situaciones injustas va entumeciéndose.
Los tildamos como individuos antipáticos, fríos y faltos de emociones, mala gente que no es capaz de ponerse en el lugar de otras personas. Puede que ese sí sea el caso, pero muy difícilmente una persona es insensible sin una razón de peso detrás
Posibles causas de la insensibilidad emocional
1. Alexitimia
Parte de la población mundial presenta un raro fenómeno que explicaría su frialdad en el trato. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), nos señala que los alexitímicos viven en una cárcel de inusual sufrimiento donde a pesar de experimentar emociones, no pueden identificarlas ni demostrarlas, no son capaces de demostrarlas. No es que sean insensibles, solo les cuesta expresar sus emociones y verlas en los demás.
2. Traumas
Las personas que han experimentado mucho sufrimiento emocional suelen ser más empáticas y sensibles al dolor ajeno aunque, también puede ocurrir que se dé justo el efecto contrario. La insensibilidad emocional puede ser un mecanismo de defensa producto de tener un historial de traumas, se protegen insensibilizándose. En este caso, la persona no es capaz de sintonizar las emociones ajenas por miedo a que eso le vuelva vulnerable y experimente de nuevo el dolor que una vez sintió.
3. Inexperiencia afectiva
No haber experimentado nunca sufrimiento es una causa de peso. Como nunca ha llegado a sufrir de verdad, no es capaz de entender el sufrimiento de los demás, siendo producto de una clara falta de experiencia emocional, carece de empatía al no haber vivido suficientes experiencias emocionales. Muestran una enorme ignorancia afectiva, incapaces de solidarizarse con el sufrimiento y la felicidad de los demás porque, sí, no solo se aplica para las emociones negativas. Esto cambiará en el momento en que adquieran un poco más de habilidad en la detección de las emociones ajenas.
Erich Fromm señalaba que el amor y la solidaridad, si son genuinos, también son universales. Decía que si uno ama a un ser humano, también ama a la humanidad.
• Aprende a mostrar tu preocupación.
• Comprende la necesidad de las emociones.
• Toma conciencia de tus emociones.
Se ha perdido la capacidad de asombro y se avanza por el peligroso camino de la insensibilidad social ante el sufrimiento y el dolor.
Aprende a desarrollar tu sensibilidad, te pierdes tantas cosas, pero tantas, tantísimas.
Ama. Ríe. Vive.
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