El Reiki es una terapia que tiene un origen espiritual. Fue desarrollada en el año 1922 por el budista Zen japonés Mikao Usui y consiste en la transmisión de energía vital a través de las manos.
Algunos lo asocian con la magia, pero otros prefieren ignorar todo su misticismo para utilizarlo como una técnica más de relajación y meditación. Otros aseguran que puede curar enfermedades. Otros prometen la autosanación física y espiritual.
¿Qué hay de cierto en todo ello?
No tiene base científica, pero cada vez más gente lo practica, e incluso se imparte desde hace años en muchos hospitales españoles. Su definición choca frontalmente con la ciencia, pero sus resultados son aceptados por muchos médicos y terapeutas.
Para la ciencia no existe «una energía vital que recorre el universo y nuestros cuerpos», ni tampoco se ha detectado ningún tipo de transmisión energética a través de las manos.
Entonces, si no es una técnica científica de sanación, ¿por qué se ofrecieron sesiones de Reiki en hospitales como el Ramón y Cajal, 12 de Octubre, Gregorio Marañón, Vall d’Hebron y el Hospital Clínic en Barcelona, y miles de personas afirmaron haber superado dolencias y haber aliviado los dolores de enfermedades graves, al practicar el Reiki?
No aplico nada a mis pacientes que yo no haya probado en mí. Y doy fe que a mí me ha ayudado a desbloquear el flujo de mi energía vital, para despertar mis defensas y equilibrar mi mente y espíritu.
Yo confío y sé que funciona pero lo mejor es que lo compruebes por ti mismo/a.